Cualquier polémica puede quedar
aplazada. Cuando el chispazo argumentativo que la genera es muy contundente, la
contra argumentación tarda en estructurarse. Así ha ocurrido con el libro Iglesia y nación en Cuba 1868 – 1898 de
Rigoberto Segreo. Las opiniones aparecidas desde el 2010, año de su
publicación, hasta hace poco,redundaron
en torno a la novedad de supropuesta,
de su visión diferente. Con Segreo la institución religiosa católica en la
isla, durante la época colonial, dejó de tener un solo color para los cubanos
de hoy.
En esencia, Rigoberto Segreo
matiza el desenvolvimiento de la iglesia y, atendiendo a la imbricación de esta
institución con los intereses políticos coloniales, propone cuatro periodos:
gestación (1510 – 1680), desarrollo de una institución básicamente criolla
(1680 – 1790), extrañamiento entre la iglesia y los criollos (1790 – 1868) y la
iglesia como abierta defensora del status colonial (1868 – 1898).
A finales del 2013, mi colega y amigo
José Abreu Cardet, conocedor del emprendimiento en que me encuentro desde el
2012, me solicitó unas primicias del trabajo y terminé siendo entrevistado.
Cuba no es solo una isla que
enlaza al Mar Caribe con el Golfo de México. Cubaes todo un archipiélago. Aun así, por más que
usted busque en su geografía físicano
encontrará ninguna Isla B. Sin embargo,en su historia sí existe una Cuba B.