Tuve
la suerte de sumergirme en el hervidero de las ideas. Fue en agosto de 2012,
cuando inicié las entrevistas para el libro que preparo sobre el intelectual
cubano Rigoberto Segreo. Mi interlocutor fue el M. Sc. Ariel Zaldívar Batista, profesor
de filosofía en la Universidad de Holguín.
El
diálogo con él tiene esa hondura de los conceptos bien elaborados y
precisamente empleados. La historia parece más entendible cuando él le aplica
sus teorías. Toda su retórica lleva el signo de la honestidad y el desinterés
por brillar.