La cultura criolla nunca
desarrolló antagonismos medulares con el dominio colonial español. Es la tesis
que sostiene Rigoberto Segreo en su libro La Iglesia en los orígenes de la cultura cubana, donde analiza el
despliegue
de la institución religiosa en la isla antillana desde el siglo XVI al XVIII.
Es una cultura de transición. Otra cosa sería cuando ese producto sociocultural
pasó de criollo a cubano.
El libro al que me
refiero, publicado por la
Editorial de Ciencias Sociales durante el pasado 2016, por el
orden cronológico de su temática, debía ser
el primero de los cuatro que su autor dedicó al surgimiento de la cultura
cubana en sus interacciones con la institución religiosa. Aunque publicados
antes, en orden dispar, los tres restantes tratan etapas posteriores del
surgimiento de dicha cultura.
Esta vez Segreo reunió catorce ensayos sobre el tema, que
aparentan autonomía temática pero, realmente, abundan en aspectos del quehacer
de dicha cultura durante los tres primeros siglos de coloniaje, donde el
criollo, como ente cultural, dominaba el complejo de relaciones sociales.
El papel de la cultura
en el quehacer de Juan de Witte, Morell de Santa Cruz y Compostela se
encuentra dentro de la propuesta. Hay ensayos
dedicados al aporte cultural del sincretismo indohispánico, tanto en el plano
social como en el de las reservaciones que se establecieron en aquellos
tiempos.
También aparece el pensamiento dominante mediante los
proyectos de colonización, los frutos
culturales criollos a través del culto mariano
en la isla y el surgimiento de exponentes de una literatura propia.
Segreo penetra en las honduras conceptuales de la
escolástica, aunque reconoce la escasa creaciónteórica que tuvo en este contexto y de paso, esboza el panorama social
cuando analiza las constituciones sinodales
de 1680. Estos y otros aspectos de la cultura criolla en su relación con
la iglesia católica están reseñados en el volumen.
El libro tiene antecedentes directos. En el año 2006 Segreo
ganó el Premio José Manuel Guarch convocado
por la Casa de
Iberoamérica con Cinco
estudios sobre el siglo XVII cubano, lastimosamente, solo se publicó
un resumen en Biodiversidad 2007. Una
versión de dicho resumen fue publicada en Bayamo dentro del volumen Memorias del crisol. Tomo VII.
Poco a poco ha ido saliendo la obra que dejó inédita
Rigoberto Segreo. Todo un monumento erigido por ese estudioso a la cultura
cubana.
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