Tuve
la suerte de sumergirme en el hervidero de las ideas. Fue en agosto de 2012,
cuando inicié las entrevistas para el libro que preparo sobre el intelectual
cubano Rigoberto Segreo. Mi interlocutor fue el M. Sc. Ariel Zaldívar Batista, profesor
de filosofía en la Universidad de Holguín.
El
diálogo con él tiene esa hondura de los conceptos bien elaborados y
precisamente empleados. La historia parece más entendible cuando él le aplica
sus teorías. Toda su retórica lleva el signo de la honestidad y el desinterés
por brillar.
Ariel a veces da la impresión de gozar más sabiendo él, que transmitiendo sus conocimientos, y aclaro, es un profesor de marca mayor. De todo ese universo gnoseológico donde me sumergió con su amena conversación, brindo a los lectores de Pensamiento Iberoamericano esta apretada síntesis.
Ariel a veces da la impresión de gozar más sabiendo él, que transmitiendo sus conocimientos, y aclaro, es un profesor de marca mayor. De todo ese universo gnoseológico donde me sumergió con su amena conversación, brindo a los lectores de Pensamiento Iberoamericano esta apretada síntesis.
MOC: Tuviste una
relación intelectual muy estrecha con el Dr. Rigoberto Segreo Ricardo. Desde
esa experiencia ¿Cuáles serían las características que predominaron en su
proyección académica?
AZB: Sostengo
la tesis de que su proyecto existencial está marcado por tres determinaciones
básicas que fueron dándole una identidad a su proyección intelectual. Es un académico
que existe desde la adversidad. Empieza en el plano de lo económico social.
Nació en 1951, dentro de un medio rural muy humilde, con pocos recursos para la
instrucción. Hay un segundo momento en su juventud, cuando va a La Habana con
una precariedad económica que enfrenta con un nivel de dignidad y de austeridad
extrema. Va emergiendo ese rasgo, es capaz de vivir con lo materialmente mínimo
e indispensable. La adversidad lo persigue en edades intermedias cuando enferma
de los riñones de forma crónica y tiene que reorientar su proyecto existencial
con un estilo de vida que le permitiera convivir con la enfermedad.
Él también existe desde la trasgresión.
Es una expresión singular que le
posibilita el desarrollo de la actitud revolucionaria ante el mundo. Pero no
cualquier tipo de trasgresión, sino aquella que implique un determinado
sentido, un por qué y para qué se trasgrede y en favor de quién se está trasgrediendo.
La trasgresión deviene revolucionaria cuando el quebrantamiento de la norma se
hace en favor de la realización plena de su subjetividad, de su existencia y de
su esencia humana. Las trasgresiones que hacía Segreo en el plano del
pensamiento iban marcadas por la intencionalidad desde la comprensión profunda
y multidimensional de la nación cubana y su proceso histórico cultural.
Como tercera condición, él
existe desde la lucidez.en el plano del intelecto. Desarrolla determinados
modelos teóricos y metodológicos de comprensión compleja de esa nación. Innova en cuanto a los temas o las
problemáticas historiográficas que a él le interesaba abordar como pensador. Comienza
a abordar con sentido prospectivo problemáticas que habían permanecido en un
plano secundario, quizás censuradas u omitidas.
MOC: ¿Puedes referirte a algunas de esas temáticas?
AZB: Desde mediados de
los años noventa comienza a desarrollar líneas de investigación sobre ellas. En
la actualidad están muy vigentes, pero en los noventa no tenían esa vigencia
investigativa. Una de las grandes obsesiones investigativas que tuvo Segreo fue
el devenir de la nación cubana y su cultura en tres momentos de su desarrollo
histórico concreto. Se puede establecer una periodización en ese abordaje. Hay
un primer momento donde Segreo aborda la
nación cubana existiendo bajo la forma de una sociedad colonial en desarrollo. Es
un periodo donde hay un bloque de temáticas concretas.
MOC: ¿Cuáles serían las temáticas fundamentales dentro de
ese primer corte cronológico?
AZB: Grosso modo: el
papel histórico y la significación ideológico cultural de la iglesia y la
religión católica para el proceso de formación nacional. Es, en cierto sentido, el núcleo articulador
inicial, a partir del cual se van derivando y entrelazando líneas de reflexión
paralelas. Otro tema es el protagonismo histórico del sujeto eclesial católico
en la gestión de las primeras formas concretas de pensamiento crítico utópico
nacional. En él Segreo avanza la tesis de que, en determinado periodo del siglo XVIII y parte
del siglo XIX, en los sujetos intelectuales que constituyen a esa eclesialidad
nacional, se van a emitir y a producir las primeras formas de pensamiento
crítico utópico. Toda una paradoja histórica respecto a las metrópolis coloniales
europeas que nos dominaban en esa época. En ellas el sujeto eclesial aparecía como
un baluarte del pensamiento más conservador, y soporte de las ideologías
imperiales metropolitanas. Sin embargo, la originalidad de nuestra cultura
nacional, en formación y desarrollo, demuestra la potencialidad que tiene el
pensamiento religioso y los sujetos que lo producen, para asumir funciones de
carácter crítico y para ir conformando las formas embrionarias de lo que
después será, posteriormente, el pensamiento criollo.
A ello se le agrega otra
temática de la repercusión de las ideologías del progreso en el siglo XIX cubano,
la comprensión del papel histórico y las funciones ideológicas y culturales de
estas ideologías del progreso en el
siglo XIX colonial cubano.
MOC: ¿Podrás enumerar algunas de esas ideologías del
progreso en el siglo XIX?
OZB: El liberalismo, el
iluminismo, el positivismo, el darwinismo social. Segreo revela las mediaciones
mutuas que se producen en estos complejos de pensamiento y revela las dialécticas intercosmovisivas, las
relaciones de contradictoriedad que estos complejos de pensamiento sostienen
entre sí. Revela también sus funciones históricas en esa tardía realidad colonial
cubana. Son complejos de pensamiento originados en sociedades europeas
metropolitanas, con otro nivel histórico y sociocultural de desarrollo,
totalmente diferente a nuestro nivel del nivel de desarrollo particular, desde
el socium colonial.
MOC: ¿Podríamos abordar el segundo período que tú defines?
AZB: Hay un momento donde él amplía su espectro
investigativo, manteniendo como objeto de estudio central la comprensión
compleja de el devenir de la nación como sujeto histórico cultural, en
diferentes momentos histórico culturales. Este segundo periodo busca la
comprensión de la nación bajo la forma de una república neocolonial,
mediatizada, sometida a nuevas relaciones de dependencia por la emergencia geopolítica
de un imperio de nuevo tipo como la sociedad estadounidense contemporánea. Entonces
Segreo se concentra en nuevas cuestiones, como la huella histórica que deja la
dominación neocolonial norteamericana sobre el campo intelectual cubano, sus
estructuras, sus instituciones y los sujetos de la actividad intelectual que
producen los procesos de reflexión y comprensión de la sociedad y la cultura cubana.
Hay un segundo asunto en este bloque temático que lo aborda desde un enfoque
profundamente dialéctico, apoyado en el modelo de comprensión de la historia,
la sociedad y la cultura derivado del marxismo clásico y, en especial, de los
aportes que hace Antonio Gramsci. Básicamente, el segundo asunto es comprender
los procesos de recomposición histórica de los sujetos de la producción
espiritual, bajo los procesos de modernización que signan la emergencia del
estado nacional moderno en el periodo republicano. En definitiva, bajo este
lenguaje filosófico que he utilizado, el hecho histórico concreto es lo que se
ha llamado como el proceso de “redespertar de la conciencia nacional”. Una noción
con la cual Segreo no estaba totalmente de acuerdo. Esta noción, si bien
didáctica y pedagógicamente resulta útil para cubrir un determinado periodo en
el devenir de la conciencia nacional y de la conciencia cultural, en definitiva,
cubana, da la idea de que lo que es un proceso eterno y constante de movimiento
de ideas y de pensamiento, ha estado hemipléjico o detenido durante un lapso de
tiempo histórico determinado. Y los que comparten el enfoque dialéctico, en la
acepción profunda y orgánica del enfoque y el método dialécticos, saben que lo único
constante, y lo único permanente es el movimiento de la realidad; todo lo demás
es transitorio.
Más que un redespertar, lo que pudo haber es la emergencia de nuevas expresiones progresistas y
revolucionarias dentro de esa conciencia nacional. El pensamiento sigue trabajando
sobre los nuevos problemas que la condición neocolonial hace aparecer en la
conciencia nacional y que no existían cuando estábamos bajo las relaciones de
dominio de la vieja metrópoli colonial ibérica.
MOC: Antes de pasar a la tercera temática. Haz utilizado el
término “complejidad” como método de Segreo, quisiera que esclarecieras su
contenido.
AZB: Como intelectual Segreo da un salto
cualitativo y trasciende más en su condición de pensador transdisciplinario que
como historiador. En su devenir investigativo ha penetrado en objetos de
estudio con múltiples dimensiones, cualidades y relaciones interpenetradas. Lo
obligan a varios niveles de análisis y
necesita combinar diferentes disciplinas.
Su matriz originaria es la historia y le va incorporando la historia de
la filosofía, la propia filosofía como disciplina, la estética. Un campo que lo apasionó es la filosofía
de las artes, la filosofía de lo bello, la teoría de lo bello, la teoría de la
cultura. Además, toma disciplinas poco estudiadas en Cuba como la teoría del pensamiento, también se
apropió de elementos de la semiología.
Además, desarrolla un profundo proceso de
interlocución intergeneracional e interdisciplinar. Debate mucho con
intelectuales y profesionales de diversas generaciones. Lo mismo hace con
investigadores y profesionales provenientes de diferentes disciplinas o campos
del saber: periodistas, historiadores, investigadores de la cultura, juristas,
incluso teólogos. Su enfoque privilegia la visión de conjunto de procesos y
fenómenos que, aparentemente, no tienen
conexión y pueden estar distantes en tiempo y espacio.
Aludo a su original enfoque complejo, pero no
derivado de una repetición epigonal de la teoría de la complejidad de Edgar
Morin, que para mí es otra de las modas más efímeras y pasajeras que Paris
produce constantemente.
MOC: Valga la
aclaración, tomémosla como una digresión para variar y vayamos ahora al tercer
momento cronológico que tú defines.
AZB: En él
Segreo mantiene el mismo objeto de lectura, la nación cubana, pero ya la bajo
la forma del proceso de construcción del socialismo. Una de las temáticas es el
ascenso al poder del bloque histórico revolucionario originario que, desde esa
estructura de poder, genera una determinada huella, un número de procesos
contradictorios en el campo ideológico, en el campo intelectual y en el campo
cultural. Y cómo esos procesos, esas influencias contradictorias del bloque
histórico revolucionario intercondicionan en profundidad los procesos, los agentes, las instituciones
del campo intelectual, del campo ideológico y del campo cultural.
Dentro de la temática Segreo penetra en la dispersión
espacial del sujeto intelectual nacional que venía del momento republicano y
llega al momento de construcción
socialista dentro de la nación cubana. Se dispersa, espacialmente, hacia el
interior. Muchos intelectuales comprometidos con los procesos de culturización masiva
que desarrolla la revolución, asumen un compromiso con el proceso y van de las ciudades hacia el campo y comienzan a
desarrollar labor intelectual con los sujetos subalternos, o populares, hasta
entonces marginados. Es una dispersión en el espacio interno. Pero también hay
otros segmentos, o fragmentos, o fracciones de este sujeto intelectual nacional
que heredamos del periodo republicano que entran en discordancia, en oposición
con los procesos de radicalización en el plano de la cultura y se distancian
del bloque histórico y su proyecto de nueva sociedad. Entonces van a la
diáspora. No uso la palabra exilio, porque la palabra exilio tiene una connotación
política muy sectaria y no todos los que se fueron, necesariamente se fueron por
motivaciones de carácter político. Es una de las cuestiones que Segreo trataba
de diferenciar. No todo el que va a la diáspora, necesariamente se ha
distanciado políticamente. Muchos, por una lógica que ha pasado en todas las revoluciones
concretas contemporáneas, son desplazados de sus espacios de realización como
intelectuales, porque viene lo que se llama, básicamente como la continuidad y
ruptura en el campo de la cultura y aparecen nuevos intelectuales que son más orgánicos
al proyecto revolucionario, que están más comprometidos con el proyecto
revolucionario y que ocupan el espacio de estos intelectuales tradicionales o
convencionales que se habían mantenido escépticos o indiferentes ante el proyecto
revolucionario y sus medidas. Una de las figuras que singulariza estos procesos
de contradictoriedad y de renovación profunda del campo intelectual es Jorge Mañach.
Él singulariza estos segmentos de intelectuales que, si bien no establecen una ruptura
política directa con el proyecto revolucionario contemporáneo cubano, es uno de
los que resulta desplazado de los
espacios que lo habían legitimado como intelectual.
MOC: No
obstante, Segreo quedó con la impresión de un retroceso en Mañach. Recuerda que
no dio por terminado Más allá del mito
hasta tanto no leyó la última publicación de Mañach.
AZB: Aclaro
la idea. Mañach se distancia pero no hay un texto explícito de distanciamiento
político, como sí lo hay en otros intelectuales. Segreo ve en él una tendencia
regresiva por la dimensión de su análisis respecto a la cultura. Según el análisis que hace Segreo del libro Teoría
de la frontera, escrito por Mañach, donde
promueve la idea de que Puerto Rico se debe convertir en un modelo del tipo de relaciones
geopolíticas y geoculturales a establecer por las naciones latinoamericanas con
los Estados Unidos y, en ese sentido, es cierto que en el plano cultural e intelectual
hay en Mañach un retroceso. Está aceptando y legitimando las relaciones de neocolonialismo
que sostiene la superpotencia norteamericana con la puertorriqueña y el efecto aberrante
que eso implica para cultura nacional puertorriqueña.
La
conversación con Ariel continuó por algo más de una hora. Se vio interrumpida
en ocasiones por las anunciadoras lluvias de la tormenta tropical Sandy que se
acercaba a territorio cubano y nos hizo mudar de emplazamiento. Dejamos atrás
el sombreado patio de su vivienda y continuamos en la sala de su hogar, muy
permeada por el ruido ambiente de la cercana calle. Múltiples temas salieron a
colación, solo les presento una síntesis de los que me parecieron primordiales.
Para conocer más de las opiniones de Ariel y de la trayectoria de Segreo, el
lector deberá esperar a que yo concluya el libro que escribo. Ya nos veremos en
esas páginas futuras.
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