Microhistoria
tiene más de un significado. Te lo puedo afirmar con completa seguridad. Una
fue la concepción de sus padres, sobre todo el historiador italiano Carlo
Ginzburg, pero si indagas a fondo, verás que otra ha sido la recepción y
aplicación de la microhistoria por parte
de estudiosos de diferentes confines, entre ellos de América Latina.
Como seguramente
conoces, la microhistoria se desarrolló en los años 70 en dos
dimensiones
fundamentales: una social, con Giovanni Levi a la cabeza, y otra cultural
liderada por el propio Ginzbug. Por cierto, a este destacado profesoruniversitario le ocurre como a otros autores, parece que su obra más
trascendente ya fue publicada. Puede que escriba cientos de títulos más, pero
siempre se le recordará por su libro “El queso y los gusanos”, donde pone en
práctica cada una de sus nociones.
Desde mi
percepción, la microstoria italiana fue la propuesta de una época a la llamada
“crisis de la racionalidad moderna”. Ante esta poco ortodoxa definición
personal te preguntarás ¿qué tiene que ver un método de estudio de las cosas en
pequeño - como lo es la microhistoria - con esa ruptura en las concepciones
teóricas modernas?
La microhistoria
y el estudio de la peculiaridad
Todo responde a
un contexto y la microhistoria no constituye excepción. A mediados del siglo XX
tomó cuerpo la inquietud por la certeza de los planteamientos que componían esa
concepción nombrada modernidad. La realidad, diversa y compleja, decía que algo
desentonaba en sus postulados fundamentales. Si me lo permites, voy a referirme
solo al plano teórico, para nada señalaré sus conexiones con esa llamada
“revolución del 68”
a la que tanto acuden algunos estudiosos.
El problema
fundamental estriba en que los fundamentos surgidos en el siglo XVIII europeo –
para otros viene desde el XVI – se basaban en regularidades, aspectos comunes a
diferentes fenómenos que se reiteran en su despliegue. Así es como actúan las
leyes.
Seguro te
estarás preguntando ¿y donde queda lo único, lo irrepetible? ¿Cómo estudiarlo
si no responde a leyes?
La propuesta de
los italianos llegó cuando la práctica social universal demostraba que en la
historia las peculiaridades también tienen su lugar y, sobre todo, lo
reclamaban con una fuerza nunca antes vista.
Ahora, estas
peculiaridades no solo aparecen en el plano territorial, las encontramos en
determinados aspectos de un proceso histórico, como parte de una faceta en una
personalidad, en fin, tiene un amplio espectro de actuación.
La microhistoria
y el paradigma indiciario
Ahora bien, una
cosa es identificar un problema y otra buscarle solución. Casi adivino tu
inquietud poniéndote en el lugar de Ginzbug y sus colegas. Si la peculiaridad
no responde a ley ¿qué conceptos emplear en su estudio?
Para Carlo todo
estaba claro: bastaba encontrar el
“indicio” que explicara la vida de ese núcleo reducido de la realidad.
Sí, te estás preguntando lo mismo que muchos otros: ¿entonces el “indicio”
surge por mera “intuición”?
Creo que esta última
palabra se ha empleado en las explicaciones del profesor italiano, pero también
tengo la sensación que la descontextualizó. No la empleó como un conocimiento
que brota así no más del individuo enfrentado al problema. Todavía recuerdo la
polémica de algunos militantes zapatistas en torno a esta situación. La
microhistoria, tal como la enunciaron y practicaron los italianos, tiene sus
rasgos identificativos. Dista mucho de constituir un mero relato sobre un
contexto pequeño.
Quizás coincidas
conmigo en que Ginzburg la empleó la “intuición” como un sinónimo de
“experiencia”. En consecuencia, la “intuición” representa un conocimiento
previo. Ahora te preguntarás ¿entonces, qué sería el “indicio”? A mi modo de
ver, lo conformaría la “característica” del objeto de estudio que provoca el
comportamiento de un mismo proceso de una manera única y diferente a como pueda
darse en otros objetos de estudio. Ahí está la potencialidad de la
microhistoria para estudiar lo peculiar.
La
microhistoria como versión de la historia
regional o local
Latinoamérica es
todo un universo de diversidad. Todavía cuando el mestizaje etnocultural tiene
un sello predominante, no es menos cierto que ese mestizo posee más de una
variante. El estudio de los procesos que lo llevaron a esa condición puede
apoyarse mucho en el método de la microhistoria desarrollado por los italianos.
Sin embargo, la
jerga profesional entre estudiosos sociales ha tendido a identificar como
microhistoria aun aquellos procesos generales, propios de un ámbito amplio, que
se repitan, casi calcados, en el pequeño espacio de la región o de la
localidad. Así ha ocurrido en América Latina.
Llegado a este
punto la microhistoria ha manifestado una nueva característica. Cuando se
amplía la escala del pesquizaje no solo suele
aparecer la peculiaridad, también hace
acto de presencia la generalidad reducida a su continente unitario. Recordemos
que todos los seres humanos tenemos ojos. Es una generalidad que solo se
manifiesta cuando comparamos a más de un ser humano.
De tal forma, la
microhistoria ha servido en América Latina para tratar la peculiaridad y, a la
vez, la presencia unitaria de la generalidad. ¿Ha ocurrido lo mismo en otros
contextos? Honestamente, no lo se. ¿Me ayudarías a conocerlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario