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miércoles, octubre 29

¿La pobreza es siempre una fuente de revolución?



La pobreza aparece protagonizando muchísimas insurrecciones en los libros de historia. Tiene incluso una ambivalencia, suele la pobreza ser causa de estallidos hacia el progreso… pero no es extraño encontrar a pobres  apoyando  causas retrógradas. ¿Cómo se explican esas actitudes en los libros de historia? Y ¿cómo se explica la realidad en la cual se inspiraron los libros de historia? 

La pobreza está entre las causas de los conflictos sociales
Usted puede creer que estoy jugando, afirmo algo y luego lo desdigo. Para nada es mi intención conducirlo a un círculo vicioso. Es cierto que la pobreza figura entre las causas de muchas revoluciones.
Recientemente releía La Revolución Francesa de Albert Mathiez. Es indudable que la teoría miseralista de la historia, -esa que ve en la pobreza la fuente fundamental de los antagonismos entre los hombres – tiene un espacio reservado en el libro del destacado historiador.
Realmente, dicha concepción es compartida por muchos cuando tratan de explicar los sucesos que montaron al pueblo francés en un nuevo escalón de su historia. Predominan los libros sobre el notable suceso, la mayoría parten de la pobreza como fuente desencadenante.
Las descripciones de las vicisitudes que sufrían los hombres humildes en la Francia del siglo XVIII son convincentes: La pobreza estaba en la base de la Revolución Francesa. También hubo pobreza acompañando a Miguel Hidalgo cuando realizó el Grito de Dolores. Otro tanto se puede decir de Louverture, San Martín, O’Higgins, Juárez, Martí, Fidel Castro o Hugo Chávez.
Los hechos indican que la pobreza es un componente importante en la génesis de los procesos sociales. Pero no es único.
La pobreza puede frenar a los estallidos revolucionarios
Hay un pasaje del destacado historiador cubano Ramiro Guerra que merece tomarse como guía. Según él, durante la época colonial en la isla antillana los hombres humildes eran objeto de múltiples arbitrariedades, para protegerse buscaban el manto de alguna personalidad relevante, sobre todo, con reconocido poder económico. Así surgieron los caudillos.
En Cuba, esos caudillos terminaban siendo compadres. En medio de la pobreza ¿a quién buscaban las familias humildes para que apadrinaran a sus hijos en la ceremonia de bautismo? A los poderosos. El proceso se repetía una y otra vez.
Consagrado el compadrazgo, venía la sumisión a los intereses del poderoso. Generalmente, el caudillo sostenía una actitud paternalista que encantaba a sus compadres. Si en un momento dado asumía una actitud progresista en una encrucijada de las relaciones sociales, conducía a sus compadres por vías revolucionarias, en cambio cuando se trataba de un reaccionario, sus compadres apoyaban en bloque su alineación. ¿Tengo que citar ejemplos de este tipo? Basta buscarlos en los procesos históricos que ya conocemos. Sólo mencionaré uno ¿Cómo se explica la actitud inicial de los seguidores de Boves durante las luchas independentistas  venezolanas?
Pero puedo agregar un factor más. La pobreza deja en el desamparo total a infinidad de personas humildes, con padrinos o sin ellos. Suele aparecer entonces la alienación. El ser humano se desvirtúa, olvida su condición racional, pone en segundo plano su dignidad y rehuye las relaciones sociales cotidianas. Múltiples actitudes negativas aparecen entre esas víctimas de la pobreza.
Hice un pequeño estudio de la llamada “crónica roja“de un periódico cubano y lo incluí en el libro Miradas de hoy a sucesos deantaño; los seres humanos marginados se deshumanizan, renuncian a sus compromisos sociales y se muestran indiferentes, se refugian en el alcohol y las drogas, abandonan a sus retoños y pueden llegar al suicidio. Llegados a este límite, poco les importa cualquier insurrección que ocurra a su alrededor.
En casos como esos la pobreza actúa como factor desmovilizante.
La pobreza puede ser contrarrestada mediante la prédica
Ya está dicho, solo falta responder ¿Qué prédica es la que se realiza para contrarrestar la pobreza? ¿La de quién?
Predican muchas personas. La acción suele relacionarse con los religiosos. Existen muchos religiosos que realizan una prédica revolucionaria. También los hay que apuntan en sentido contrario.
De manera que la prédica para contrarrestar la pobreza puede tener más de un propósito y más de un resultado.
El mundo es diverso y complicado. Quienes han llamado a pobres y menos pobres a la emancipación generalmente presentan un programa de transformaciones por conquistar. Pobres o menos pobres, si coinciden con ellos, los secundan. La solidez de la prédica por ese programa llega cuando se convierte en realidad.
Así ha ocurrido con Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y otros líderes de la actualidad.
También los reaccionarios han presentado “programas “ para aletargar a las víctimas de la pobreza. ¿Quiere uno? El llamado estado de bienestar general basado en las concepciones de John Maynard Keynes. Voy a decir más, en muchos contextos logró sus objetivos: el mundo no ha estallado en una revolución universal durante el medio siglo que nos separa del inventor de ese recurso.
Digo esto porque no siempre se contrarresta la pobreza con instrumentos radicales, sino con paliativos, mientras,  la vida sigue igual (que me perdone Julio Iglesias por robarle el título de su canción).
Ahora, lo más importante es pensar en cómo salir de la pobreza, con revolución drástica o por métodos pacíficos.

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