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domingo, febrero 6

La virgen de la Caridad de Nipe

El paisaje cultural de la Virgen de la Caridad fue ampliamente reseñado. El hecho se produjo el pasado miércoles 2 de febrero, en el traspatio de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Holguín.

Un tema sobre la Patrona de Cuba tenía que levantar expectativas. El espacio “Por las sendas de la memoria”, que auspicia la referida organización, tuvo esta vez una de sus mayores concurrencias.


Los masteres Ángela Peña y Roberto Valcárcel, en unión del ingeniero Miguel Ángel Urbina, tuvieron a su cargo la disertación. Ellos forman parte de un equipo de trabajo que estudia los pormenores de la aparición, en la Bahía de Nipe, y su posterior traslado al poblado santiaguero de El Cobre, en el siglo XVII.

Un sintético recorrido por los estudios realizados en torno al tema, con la muy importante información de que todos los nombres que se mencionaron como protagonistas, en la leyenda, tuvieron existencia real, según pruebas documentales.


A continuación, el entorno aborigen ocupó el centro de la disertación. Los hechos históricos ocurrieron en parajes donde la concentración de sitios arqueológicos es grande. Algunos han arrojado resultados investigativos muy peculiares.

Este aspecto del tema cobra particular significación al tratarse de una virgen calificada por algunos estudiosos como “mestiza”. Todo un símbolo de la transculturación. Proceso de donde surgió el cubano.
Refiriéndose a ese proceso, los especialistas apuntaron en su disertación que las evidencias indican una pervivencia prolongada entre hispanos y aborígenes. Sin negar el típico genocidio que acompaña a cualquier referencia sobre tales relaciones, pero tampoco absolutizándolo.

Finalmente, la narración del trabajo realizado, en lo que a reconstrucción del paisaje geográfico se refiere, ocupó a los disertantes. Este acápite centro los debates que se realizaron a continuación y emanaron los contradictorios resultados obtenidos por diversos investigadores.


Sin dudas, el tema es apasionante. La parte de la leyenda que menos se conoce estuvo en el centro de los debates. La deidad aceptada por el catolicismo tiene un significado muy especial entre creyentes y no creyentes. Es un símbolo de cubanía, de identidad. A él los cubanos no renuncian.

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