Aunque merecido y esperado por muchos años,
la designación nos llena de regocijo: José AbreuCardet ha obtenido el Premio Nacional de Historia otorgado por la Unión de Historiadores de
Cuba. El lauro está destinado a quienes, en el campo de esta disciplina,
obtienen resultados relevantes en la investigación,
docencia, actividad patrimonial, trabajo archivístico y bibliotecológico, dirección de proyectos e instituciones, o especialistas de otras disciplinas con aportes significativos a la historia.
docencia, actividad patrimonial, trabajo archivístico y bibliotecológico, dirección de proyectos e instituciones, o especialistas de otras disciplinas con aportes significativos a la historia.
El Premio Nacional de Historia visita la
provincia Holguín por tercera vez. En 2008 le fue conferido a Fidel Castro Ruz y en 2009 a Ibraím Hidalgo Paz,
ahora llegará a las manos de nuestro entrañable “Pepín” como algunos le
llamamos.
Surgido en 1998, el Premio Nacional de
Historia tuvo su reglamento en 2008 y exige el grado científico de doctor, las
máximas categorías docentes o investigativas, o en su lugar, una demostrada
actitud de autosuperación y realización de logros en dicha ciencia, la docencia
y la promoción histórico – cultural.
Los miembros de la Unión Nacional de
Historiadores están entre los primeros en la candidatura, pero también pueden
proponerseotras personalidades, nacionales o extranjeras, con
aportessignificativos. Una vez que se les otorgue el Premio Nacional de
Historia, son considerados miembros de honor de dicha organización.
El listado de quienes han obtenido dicho
Premio Nacional de Historia está lleno de nombres ilustres, basta señalar a
Hortensia Pichardo, Julio Le Riverend, Eusebio Leal, María del Carmen Barcia, Olga Portuondo o Eduardo Torres Cueva, entre
otros, y ya podremos aquilatar los méritos de quienes pueden obtenerlo. Pues
bien, ahora figura entre ellos nuestro José Abreu Cardet.
Pepín supera las cuatro decenas de libros
publicados. Es difícil construir el currículo de este nuevo Premio Nacional de
Historia, su producción va de norte a latinoamérica y de ellas a Europa, en una proporción que él mismo no ha
tenido tiempo para listar. Cada vez que realiza un recuento le aparece un
título más.
Pero el gran mérito de este galardonado con
el Premio Nacional de Historia va más allá de la esfera académica. Trátelo y
verá su desinterés material y una perniciosa obseción por la investigación que
lo hace olvidar hasta las necesidades más perentorias.
Afable, hospitalario, sencillo, con una
jocosidad ingenua, desprendido, con el don de mencionar más los méritos ajenos
que los propios, José Abreu Cardet vuelve a ser noticia. Abreu de Holguín, de
Cuba, de Latino e Iberomérica, del mundo. Ha
acogido el lauro con humildad, casi quisiera llevarla en el anonimato. Pero,
amigo nuestro de todos los días, ya tienes el Premio Nacional de Historia.
¡Larga vida para disfrutarlo!
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