Cuando nos deleitamos con el paisaje al transitar por alguna autopista, además de las atracciones naturales, nos sorprenden las que han sido construidas por el hombre. Con seguridad, ya usted ha reparado en las construcciones de los labriegos. Todavía cuando suelen ser muy humildes, resulta imposible negarles cierta dosis de atractivos en medio de su rusticidad.
Si la observación la realizáramos en un lugar exótico, el poder seductor de esas construcciones puede dejarnos atónitos. Les propongo un salto imaginario al Caribe y allí escojamos la mayor de sus islas: Cuba.
¿Cómo se edifican las viviendas de los campesinos cubanos? Aunque, paulatinamente, los aires de modernidad han ido invadiendo la campiña, todavía se encuentran hogares que lucen la pureza de sus rasgos ancestrales.
Por lo general, la vivienda del campesino en la isla forma parte de un complejo de edificaciones, donde se incluyen el granero – allá conocido por rancho –, las instalaciones para aves y demás animales de corral y otras dependencias que varían según la especialidad productiva de la finca.
Concentrémonos hoy en la casa vivienda. El bohío – término originario de la lengua aruaca que ha persistido hasta nuestros días para nombrarla – por lo regular consta de dos cuerpos dispuestos en paralelo o que forman ángulos rectos entre sí. En este último caso suelen tomar la forma de una letra T, o de una L, según el lugar por donde se produzca la unión.
Es común que cada uno de los cuerpos tenga su propia cubierta, de las llamadas a cuatro aguas. Para evitar que la lluvia, frecuente en el trópico, lleve la humedad al interior, en los aleros de entre ambas partes de la vivienda se dispone una canal para evacuar el agua.
Según los antropólogos, la distribución interna debe mucho a la influencia de los campesinos andaluces que cruzaron el Atlántico desde el propio siglo XVI. La parte central del primer cuerpo la ocupa la sala de estar. Ella está flanqueada por dos habitaciones.
En el segundo cuerpo encontramos a la cocina y el comedor. Esta última pieza deviene en el centro de la vida familiar. Solo las visitas menos conocidas se atienden en la sala de estar.
Tipológicamente existen dos clasificaciones que responden a la forma de sus esquinas: la esquina viva, todo un rectángulo vista en planta, y la culata redonda, donde la vivienda asemeja un octógono alargado.
La palmera real, árbol nacional del país, se convierte en la principal fuente de materiales para edificar la vivienda. Sus hojas se utilizan en el techado. El peciolo alargado de las mismas, conocido por yagua, es usado para recubrir las paredes. Aunque otras veces se conforman con tablas extraídas del tronco de este u otro árbol.
Construir una vivienda deviene en acto de solidaridad. Amigos, vecinos y familiares acuden en ayuda de quien levanta su morada. Pocas veces la jornada termina sin la típica fiesta campesina. La música del guateque, como allí le llaman, convoca a la comunidad y, en medio de la sencillez, la casa desborda una contagiosa alegría.
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