Tercera jornada de esta entrevista
que me realizó el colega José Abreu sobre mi
libro Resurrección
holguinera de J. M. Keynes. Quedan atrás la primera y segunda ronda de
preguntas que mi colega formuló. Hoy me hizo asumir el papel de juez, tanto con
lo que escribí, como con lo realizado por otras personas en épocas pasadas.
Es una labor difícil porque la vanidad profesional
puede empañarlo todo y, todavía más, porque el historiador jamás puede asumir
las funciones de tribunal respecto a las acciones que realizaron otros en
épocas pretéritas.