Terrán fue quien ultimó al Che.
Es lo que se ha dicho siempre. Ahora resulta que dos Michael nos traen una
versión diferente: sus apellidos respectivos son Ratner y Smith. Ellos aseguran
que detrás de Terán se movía un asesino más tenebroso. Así lo plantean en su. libro
¿Quién mató al Che? Como la CIA logró salir impune del
asesinato, publicado por Ciencias Sociales en el 2014.
Su argumentación tiene en
cuenta este principio:
Bajo
las leyes que rigen la guerra, incluyendo la guerra de guerrillas, la muerte de
un prisionero es un asesinato y constituye un crimen de guerra. El que realiza
el disparo no es el responsable del crimen de guerra. Aquellos más arriba que
ordenaron, accedieron o no pudieron evitar el asesinato, son también culpables
de un crimen de guerra. No hay justificaciones legales para este crimen.[1]