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lunes, abril 13

Olguita y la Virgen



Hay mitos que acrisolan a los pueblos donde se engendran. Se entretejen con sus aconteceres épicos y desbordan el sudor y el fruto en la faena del día a día. El pueblo cubano no constituye excepción. Ha creado su imaginario a lo largo de sus siglos formativos. Quizás una de las expresiones de legitimidad del sujeto social diferente que un día surgió en este archipiélago sea la Virgen de la Caridad del Cobre.
Cachita, como se le conoce en el argot popular, lleva en sí misma exponentes de la diversidad etnocultural que le dio origen y que coincide con la de toda la nación. Todo entrelazado en una hermosísima leyenda donde al hombre se le confiere un milagro en medio de una denodada lucha contra la furia de los elementos que la naturaleza ha desatado. ¿El escenario? La Bahía de Nipe en el siglo XVII.
El lugar y los protagonistas del suceso son reales. Hay suficientes documentos que lo prueban. Lo demás ha encontrado cuna en el espíritu bueno de los cubanos. Pervive en el peregrinaje de los devotos y en la curiosidad de los ateos. En virtud de esas cualidades extiende su presencia de Maizí a San Antonio.