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viernes, abril 22

El mundo y su imagen trastocada



Hay momentos medulares en la vida de los terrícolas. Son momentos donde todo cambia. Al final no es todo, pero es bastante. La fotografía tiene esa virtud. En esa línea se movió la conferencia dictada por el Dr. C. David Silveira Toledo, de la Universidad de Oriente, en el Centro de Información “José Manuel Guarch del Monte” de la Casa de Iberoamérica, en la mañana del 21 de abril.

“La fotografía entre lo efímero y lo eterno” llevaron por título las palabras del prestigioso intelectual santiaguero. El realismo, la celeridad y la rapidez de reproducción de la fotografía constituyeron aspectos novedosos y contradictorios en su aceptación. Al final, ha invadido todos los ámbitos de la existencia del hombre. Ha devenido un arte, un componente insustituible en la vida cotidiana y un gran negocio.

Constituyó el centro de la polémica acerca de su auténtica creatividad o la copia, sin mayores ambiciones, de una realidad externa, solo trasmutada, a través del lente, y convertida a un pliego que recibió el nombre genérico de toda la actividad: fotografía.

Silveira Toledo realizó mucho énfasis en su papel en la memoria histórica. Tanto de los pueblos, las comunidades, las familias o las personas en su individualidad. Ha devenido una manera de guardar imágenes perecederas para la eternidad.

A su vez, la fotografía se llena de ambivalencias. Deviene en presencia y ausencia al unísono. Es una fuente de inmortalidad espiritual y material, un espejo singular jamás publicado, según las palabras del conferencista.

Entre sus múltiples méritos también destaca su papel de premisa para el surgimiento de otra de las artes: el cine, la imagen en movimiento. La realidad es así, mutable, solo se le apresa por fracciones de segundos para que quede impresa en una pequeña pieza de cartulina.



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Junto al profesor santiaguero venía su esposa, la Dra C. Irina Bidot Martínez. Ella también brindó una interesante disertación. “Luchar, luchar, luchar: una mirada del español en Cuba" fue el tema que presentó. Ya no se trataba de la fotografía, sino del lenguaje. La especialista basó su exposición en el documental “Luchar, luchar, luchar” del realizador holguinero Oscar Feria.

Feria brindó un interesante recorrido sobre las acepciones del término en los últimos años y recogió testimonios de diferentes lugares del país. Por esta última razón constituye una obra de inapreciable valor para el análisis que realizó Irina Bidot. En cada escena un cubano de una zona diferente del país, brindaba sus impresiones… en la forma dialectal típica de su región de origen.

En base al nivel fónico, la doctora estableció cinco zonas dialectas y caracterizó cada una de ellas. De manera exacta aparecían los matices en el documental. Toda una disertación de didáctica que levantó variadas intervenciones.

Entre fotografía y lenguaje transcurrió esa mañana en la Casa de Iberoamérica. Una mañana de imágenes y sonidos.

lunes, abril 4

Género y revolución en Cuba.



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Todavía existe un “techo de cristal”, aunque los avances son innegables. Así calificó a los estudios de género que se generan en la isla caribeña, la Dra María de los Ángeles Arias Guevara, profesora de la Universidad de Holguín, e investigadora del Centro de Estudios de Cultura e Identidad, ubicado en dicha institución.

Su disertación sobre los estudios de género en Cuba formó parte del espacio Iberoamérica en nosotros. Este se realiza por el departamento de Investigaciones de la Casa de Iberoamérica con motivo de las celebraciones que se realizan en la ciudad de Holguín en torno a la fecha del 4 de abril, día de San Isidoro, santo patrono de la ciudad, el pueblo y el hato ubicados sucesivamente en orden inverso en el tiempo histórico.

Para la Dra Arias son diferenciables dos momentos en la realización de estos estudios: uno abarca desde 1959 hasta el proceso de institucionalización del proceso revolucionario ocurrido a mediados de la década del ´70 del siglo XX.

Se caracteriza por grandes transformaciones que tienden a lograr una igualdad entre todos los cubanos. Predominó la concepción de una emancipación total de la mujer solo con los cambios generales que la revolución socialista propiciaba. Los estudios realizados durante esos años tenían, como preocupación fundamental, la medición del impacto de las distintas medidas implementadas sobre el bello sexo.

Cierto es que en la Campaña de Alfabetización más de la mitad de las alfabetizadoras fueron mujeres y que se recibió el beneficio de la misma por un porcentaje elevado de las ellas. Las oportunidades de incorporación a la vida laboral crecieron. De igual manera se comportaron otros indicadores.

Sin embargo, medidas como la muy radical Ley de Reforma Agraria de 1959 y su complemento de 1963, declararon propietarias a un porcentaje muy bajo de mujeres, en virtud de las relaciones patriarcales que reinaban desde épocas anteriores. Ellas para nada fueron modificadas por ambas prerrogativas.

En 1976, cuando surgieron los órganos del Poder Popular, la representación de la mujer en los mismos fue muy baja. Se puso de manifiesto la necesidad de un cambio cultural en la vida cotidiana que debía investigarse por los estudiosos.

El proceso de implementación tardó algunos años. Paulatinamente, surgieron los centros de estudios dedicados a este quehacer y se ampliaron las temáticas. Pasó a primer plano la violencia intrafamiliar, el uso del tiempo por cada uno de los sexos, los roles intrafamiliares, el desempeño en el espacio y una serie de tópicos más que demuestran todo lo que falta por ganar en tan noble empeño.

Sin pretender convertirse en una arenga, las palabras de la Dra Arias fueron una especie de explosión conmovedora que obliga a mirar nuestra realidad y a aceptar ese “techo de cristal” que ella mencionó.

Las principales insatisfacciones no deben dirigirse a discurso, sino a aunar esfuerzos para colocar a nuestras congéneres en el lugar que merecen.

Diezmados pero no extinguidos

Los aborígenes cubanos desaparecieron. Fueron diezmados por los abusos y atrocidades del conquistador hispano. Mas, su extinción no resultó total. Quedó en lo cultural una herencia muy rica que, en oportunidades, pasamos por alto.

Con esta tesis de José Juan Arrom como centro, se desarrolló la conferencia del intelectual holguinero Manuel García Verdecia, con que dio inicio el Primer Coloquio que lleva por nombre el del destacado científico mayaricero y cubano.

La disertación tuvo lugar en la Casa de Iberoamérica, dentro de las actividades por el 4 de abril, que se efectúan en Holguín. Precisamente, un 2 de abril de 1910, había nacido en esta ciudad el antropólogo Arrom, para luego llevar un ninez feliz en el cercano Mayarí.

García Verdecia realizó un recorrido por la obra del investigador a quien se le dedica el coloquio, dentro del espacio de la institución sede, que se ha bautizado como “Iberoamérica en nosotros”. Los estudios del Dr Arrom demostraron la actualidad del legado aborigen en múltiples aspectos de la vida cotidiana de la región donde vivió sus primeros años.

Fue una manera de enaltecer la contribución aborigen, en buena parte contenida dentro de lo que hoy se le llama capital simbólico. Para Arrom, dos hechos tan importantes como la aparición y aceptación de la Virgen de la Caridad como patrona de nuestra nación, paralelo en el tiempo con Espejo de Paciencia, la primera obra literaria de que se tiene noticias, escrita en Cuba, demuestran que en los inicios del siglo XVII ya no había yuxtaposición de culturas en la Isla. El término aplicable, para él, era el creado por el sabio cubano Fernando Ortiz: transculturación.

En la problemática y violenta interacción del aborigen con el hispano, los elementos culturales de ambos se fundieron para dar origen a un producto nuevo, distinto al material de donde provino. Algunos estudios han confundido las fuentes de determinados rasgos, con ello queda subsumido el aporte de los primeros pobladores. Pero lo importante es que en el criollo, perfectamente mezclados hasta hacerlos irreconocibles, figura la dote arauca.

Las tesis expuestas por Verdecia luego tuvieron ampliación. Varios de los trabajos presentados profundizaron en varios aspectos que fueron estudiados por Arrom. Ángela Peña expuso nuevos enfoques sobre el paisaje cultural donde apareció laVirgen de la Caridad, en específico dentro del entorno cercano a la bahía de Nipe, donde cierto es que apareció, sin embargo, los más olvidados de manera incomprensible.

La multimedia “Arrom 100 años después…” dejó la sensibilidad abierta, con imágenes poco conocidas de la vida y obra de la personalidad recordada, donde, en ocasiones, él mismo explicaba parte de sus tesis.

En punto de particular intercambio entre los presentes, se constituyó el término de Hispanoamérica, defendido por el estudioso durante muchos años, frente al menosprecio de algunos eruditos primer mundistas que negaron la existencia de una personalidad cultural con dicha raíz, a la cual tacharon de incapaz de producir un signo cultural propio en lo artístico o literario. Contra tal desestimación, Arrom argumentó la existencia de una “hispanoamericanidad”, en èpocas donde el coloniaje cultural reinaba en determinados círculos de la intelectual con particular fortaleza.

El Coloquio concluirá el próximo 9 de abril en la ciudad de Mayarí. Arrom, defensor de lo autóctono imbricado al mundo, bien merece un espacio así.